martes, 8 de febrero de 2011

Exposición de Renoir en el Museo del Prado




Pierre-Auguste Renoir (1841–1919)
Pierre-Auguste Renoir nació el 25 de febrero de 1841 en Limoges, Francia, hijo de un sastre que se trasladó a París con su familia cuando el pintor era un niño. Renoir comenzó su carrera en 1854 como aprendiz de pintor de porcelana en un taller. Durante estos primeros años recibió lecciones de dibujo, trabajó como pintor aficionado y copió algunas pinturas del Museo del Louvre. En 1861 entró en el estudio de Charles Gleyre, un pintor de renombre, donde conoció a Claude Monet, Frédéric Bazille y Alfred Sisley; durante los años siguientes estudió en la École des Beaux-Arts.

En 1870, tras participar en la guerra franco- prusiana, volvió a París, donde continuó trabajando mano a mano con artistas de vanguardia cuyo vínculo nacía del común desencanto frente a la pintura academicista imperante. Renoir expuso dos pinturas en el Salon des Réfusés o Salón de los Rechazados de 1873; al año siguiente, él y sus compañeros se unieron para organizar la primera exposición de los «artistas independientes», grupo al que pronto se conoció como los impresionistas. Renoir siguió siendo una figura clave del movimiento impresionista durante el resto de su carrera, y participó en cuatro de las ocho exposiciones del grupo. Aunque se lo conoce más por sus representaciones de mujeres vestidas a la moda y por sus bañistas, también pintó paisajes, retratos y bodegones. Estos temas se repiten en la evolución estilística que siguió su arte durante más de cuarenta años de carrera. A pesar de que Renoir tuvo un éxito modesto al comienzo de su trayectoria como pintor de retratos, a finales de la década de 1870 fue atrayendo cada vez más a una clientela adinerada. En 1900, la reputación de Renoir como gran pintor estaba firmemente establecida

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